Estudiantes de Composición enfrentaron un reto de precisión y velocidad real.
En dos jornadas de julio, la asignatura de Arreglos III puso a los estudiantes de Composición frente a un desafío propio de la industria musical: entregar partituras listas para ser interpretadas… en minutos.
Un quinteto de bronces profesional esperaba, partituras frescas en mano, para leerlas y tocarlas al instante. No hubo ensayo previo ni segundas oportunidades.
Para quienes estaban al frente, fue más que un examen: un ensayo general para la vida real, donde la creatividad se mide en compases y la precisión en segundos.
