Conoce los ganadores del Primer Concurso de Cuentos UNIACC

El CREA y la Dirección de Vida Universitaria de Universidad UNIACC, junto al Decano de Comunicaciones Juan Antonio Muñoz y la Directora General de Marketing y Admisión, Ana María Pelegrí, fueron los encargados de premiar a los tres primeros lugares del concurso de cuentos que debutó este año en nuestra Universidad con gran acogida, recibiéndose más de 40 obras creadas por estudiantes, profesores y funcionarios.

El primer lugar lo obtuvo el profesor de Derecho Franz Müller, por “Calificación”. El académico y abogado que estuvo representado por su mujer en la premiación, pero transmitió a modo de agradecimiento que “aplaudo y celebro a quienes organizaron este concurso. Un espacio como éste debe nacer, mantenerse en el tiempo y ser -de año en año- una invitación al cultivo de las letras y la imaginación. Aún sigo gozando de la alegría de saber que el jurado se fijó en un cuento como el mío. Lo tomo como una muestra de apoyo que me motiva a seguir escribiendo e ir por más…  lo hermoso es saber que nada ni nadie detiene el poder de la palabra, sea hablada o escrita. Por la palabra, según el Génesis, Dios echó a andar el universo. Y por amor a esa palabra, los mortales trasnochamos leyendo y escribiendo en medio de todo y contra todo”.

MG 8105

El segundo lugar fue para la profesora de Psicología Anaïs Aluicio, por “Dentro del espectro”, mientras que el tercer puesto fue para el alumno de la misma carrera Adolfo Araya, por “Un año”. 

Las menciones honrosas fueron para “El Recuerdo”, de Kaleb de León, “Espadas de papel”, de Dakkerling Martínez, “Rumores y eminencias”, de Sergio Insunza Ferrada, y “Eudaimonía”, de Juan Rodriguez Woca.

Lee los tres primeros lugares:

Primer lugar: “Calificación”, de Franz Müller

Ella enseña derecho penal. Dicta el curso desde cuando se divorció de su primer marido (un infiel reincidente). Lo suyo ha sido desde siempre pensar los límites posibles de la libertad. “Vivimos en medio de prohibiciones y castigos”, suele decirles a sus estudiantes. Para cuando experimentó el divorcio de su segundo marido (un mitómano incurable) ya eran varias las generaciones de alumnos formados bajo su instrucción. Los golpes existenciales no le robaron la alegría de vivir. Sigue gozando del humor, leyendo novelas y disfrutando los tragos dulces. Avanzó sola criando a sus dos hijos, hoy adolescentes, junto a un par de gatos recogidos de la calle. Por las mañanas y las tardes, entre la casa y la oficina, defiende a sus representados, comparece a las audiencias, presenta sus querellas y, en ocasiones, acude a la cárcel a visitar a sus condenados. Tiene aguante, en especial cuando por las noches llega a la facultad para impartir su cátedra. Hoy debe tomar exámenes. El curso tiembla. Llama a Aurelio Zúñiga, el último de la lista. A juzgar por sus respuestas, amerita ser reprobado (está confundido). Ella lo mira: observa sus canas, ojeras y manos engrasadas. Lo comprende. Sonriendo le dice: “Aprobado, Zúñiga”.  

Segundo lugar: “Dentro del espectro”, de Anaïs Aluicio

No soportaba las luces fuertes, los grupos numerosos ni trabajar en equipo. No almorzaba en el casino porque escuchaba a la gente masticando y el fuerte murmullo le alteraba.

Buscando refugio, se iba frente a “la pecera”. Siempre andaba en soledad. Nadie tenía sus intereses ni parecía comprenderle. 

Hasta que de repente la vio, con su andar tambaleante. Era invasiva, ladrona y cochina, pero ¡se veía tan feliz y motivada! Siempre con un propósito. Siempre en movimiento, como si comprendiera el sentido de la vida. Llegaba a diario a la U buscándola. 

Un día, en medio de su fascinación contemplativa, de pronto, encontró unos ojos tan expectantes como los suyos. 

– Yo te he visto con ella acá, a mí también me atrae mucho. Pueden vivir 20 años, ¿sabes? Pueden ingerir un 15% de su peso cada día. Tienen una vista increíble, logran mirar a 40kms, son capaces de ver los colores como nosotros; y necesitan la compañía de otras palomas para poder poner sus huevos. 

– Cómo te llamai? 

– Alex.

– ¿Cuál es tu refugio?

–  Frente a “la pecera”.

Entonces fueron cuatro ojos evitando el sonido de los aires acondicionados del -1. 

Tercer lugar: “Un año”, de Adolfo Araya

Salgo de la Facultad con ella a mi lado. De pronto, todo se torna púrpura y verde, caminamos hacia el parque, siento que mi corazón va a explotar, la gente parece sonreírnos y los motores rugir en re. Nos sentamos, le hablo de filosofía, ella solo me sonríe. «¿Una flor para la dama?» – me ofrece un vendedor- rechazo la oferta, pues sé que a ella no le gustan las flores. Se me acaban las palabras, por lo menos las de filosofía, me mira fijamente y luego me besa durante horas, que parecen segundos. Nos levantamos, tomados de la mano por primera vez, caminamos por el barrio y súbitamente las calles adquieren un sentido especial, Italia, Praga, Rengo, como si en cada cuadra voláramos por el mundo. Van a cerrar la biblioteca -le digo- pero parece no importarle, no hoy por lo menos. Incapaces de separarnos, el día se convierte en noche, la felicidad nos abraza…somos eternos…

Hoy habríamos cumplido un año…