Alberto Arébalos, especialista en comunicación y redes sociales: “Un buen periodista tiene que especializarse, profundizar y conocer la materia de la que va a escribir”

Uno de los peores pecados que están cometiendo los periodistas hoy en día es lo que yo llamo gentismo: reflejar lo que dice la gente, lo que dicen las redes sociales (…) y el periodismo debe liderar, no debe seguir. El periodismo tiene que ayudar a la gente a pensar, y si a ustedes les parece que es elitista, ¡lo es! Y está bien que lo sea”, remarcó en Universidad UNIACC, Alberto Arébalos, CEO de MileniumGroup.

El profesional impartió el 14 de marzo, en el Auditorio de Avenida Salvador 1200, Providencia, la conferencia “El rol del periodismo y la comunicación en la era del fake news” (noticias falsas). La actividad fue organizada por la Escuela de Periodismo de la institución y representó el inicio oficial del año académico para la carrera impartida en modalidades presencial –jornada diurna– y semipresencial.

El encuentro también se transmitió por streaming, vía Facebook Live.

El especialista en comunicación estratégica advirtió que “hay cosas en las que, inevitable e inexorablemente, hay que ejercer un liderazgo, sin vergüenza y sin temor”. Por ello, Arébalos criticó la tendencia sobre que “hay que decir lo que dice la gente, hay que seguir lo que dice la gente, hay que hablar como habla la gente… Esa no es la función del periodista. Eso no significa ser elitista, eso significa liderar”.

Sobre las causas del auge de las noticias falsas, particularmente en redes sociales, el periodista aseveró que existen “características naturales de los seres humanos que nos hacen proclives a creer en algunas cosas, sobre todo aquellas que nos refuerzan nuestros puntos de vista”.

De esta manera, en las redes sociales “se filtra cualquier historia que una persona, entre comillas normal, diría ‘Pero esto no puede ser’. Pero esa persona ha dejado de lado sus filtros racionales, porque es más importante que (la información) le refuerce sus preconceptos y su forma de ver la realidad, que intentar ver si es cierta o no”.

Arébalos, quien también ha sido el responsable de las comunicaciones corporativas regionales de Facebook para América Latina, remarcó a la audiencia que “ustedes no son los clientes de Facebook o Google, son los usuarios; los clientes son los anunciantes. Imagínense a quiénes les deben lealtad esas empresas al final del día”.

En cuanto al papel del periodismo, el exdirector de Comunicaciones Globales y Asuntos Públicos para América Latina de Google lo definió como “separar la paja del trigo, el decir claramente ‘Esto no es cierto. Señor, usted está equivocado, la Tierra no es plana’ (…) y así con todas las cosas que se puedan imaginar en que no hay dos opiniones, donde hay una realidad que podemos medir, que podemos entender, y que como periodistas tenemos la responsabilidad de hacerle entender a la gente de una manera entretenida”.

-¿Cuál es su principal crítica al periodismo de hoy?

Es que es perezoso. No investiga lo suficiente, se queda muchas veces en la superficie de los temas, se esclaviza con lo que pasa en redes sociales y con lo que dice la gente, y me parece que tendría que ir un poco más allá. Profundizar más, investigar más, ir más al fondo de las cosas, y hacerlo más entretenido a la hora de contarlo a la gente.

-¿Cuáles son los peligros y ventajas de las redes sociales para el periodismo?

El peligro es dejarse llevar por el ritmo y los prejuicios que se suman a las redes sociales (…) hay herramientas inclusive que me permiten entender y conocer el sentimiento de la gente por lo que opina, por lo que dice, o por lo que comenta en redes sociales, y me permite, como punto de partida, para entender o hacer una investigación o ir más allá en una historia (…) Me parece que son un buen termómetro de estados de ánimo y de situaciones que hay que tenerlas en cuenta, por supuesto, pero creo que el riesgo es esclavizarse a las redes sociales como si fueran la fuente de toda sabiduría.

-¿Cómo sugiere enfrentar los dilemas éticos en el tratamiento de la información?

Hay cosas con las que uno no puede lidiar. Si uno tiene que hacer cosas que van en contra de sus principios, en contra de su ética y en contra de su moral, se tiene que ir, tarde o temprano, porque nunca te van a pagar lo suficiente para venderle tu alma al diablo. Me parece que hay que ser honesto con uno mismo, saber para quién uno trabaja y, si uno no está de acuerdo con los objetivos editoriales de una empresa, cambiar de trabajo o dedicarse a otra cosa.

-¿Cuáles son los elementos imprescindibles en la formación periodística?

Más allá de las técnicas narrativas, que son muy importantes, creo que es ayudarlos a entender la realidad cada vez más compleja. Es muy difícil tener un conocimiento enciclopédico de todo. Siempre se dice que los periodistas tienen un océano de conocimientos y un centímetro de profundidad, y creo que un buen periodista tiene que especializarse, profundizar y conocer la materia de la que va a escribir. En periodismo la profundización es clave.

-¿Cuál es la experiencia de su vida profesional que más lo impactó?

Quizás, así como choque o como proceso o como situación, fueron mis tres años en Colombia, que me tocaron llegar justo cuando comenzaba la guerra contra los carteles de la droga. Fue un periodo muy triste para Colombia y muy interesante desde el punto de vista periodístico. Entender un montón de fenómenos económicos, políticos, sociales, para mí fue un gran aprendizaje.

-Usted trabajó como periodista en la agencia EFE español, y luego fue editor en jefe de Reuters para América Latina. ¿Estuvo alguna vez en peligro su vida en esta etapa de su carrera?

En El Salvador estábamos cubriendo unas elecciones y hubo un ataque de la guerrilla del frente, en el momento en que se estaba votando. Nos tuvimos que meter debajo de un auto porque o si no las balas volaban por arriba de la cabeza (…) En Colombia, durante aquella época, los periodistas éramos un objetivo de los narcos y de otros grupos también. Pero la más cercana debe haber sido esa en El Salvador.

-En su experiencia, ¿cuál es la importancia de conocer idiomas en periodismo?

Por lo menos inglés, yo digo que es absolutamente básico. La posibilidad de poder leer otras fuentes y medios de comunicación importantes, como The New York Times, Washington Post o The Economist, es absolutamente clave para un periodista.

-¿Por qué están desapareciendo los medios impresos?

El diario es un mecanismo de periodismo escrito, pero tiene que estar bien escrito. Yo creo que lo que mata a los diarios no es internet, sino el aburrimiento (…) The Economist, por ejemplo, es una revista que muestra la importancia de tener una unidad editorial y lo que es la calidad a la hora de escribir y contar una historia, desde una columnita hasta un survey como ellos le llaman, donde dedican 15 o 20 páginas a profundizar un tema, todo está bien escrito, todo es interesante. Es una gran escuela de cómo producir un buen producto periodístico.

-¿Cuál es su sugerencia para los estudiantes de Periodismo?

Que estudien, que quieran la profesión, que sepan que es la forma más divertida de ser pobre -no se van a hacer famosos ni se van a hacer millonarios-, que profundicen, y que sean honestos con ellos y con las audiencias. Eso es lo más importante.

Universidad UNIACC